Una breve ventana de oportunidad

 

Por Elda Cantú
Senior News Editor, Latin America, nytimes.com

La mala noticia es que ya no podemos hacer nada para detener el calentamiento global.

La buena es que, si actuamos de inmediato y en conjunto, tal vez podemos mitigar el daño causado, que no es poco.

Los seres humanos hemos elevado en 1,1 grado Celsius la temperatura de la Tierra en el último siglo. Esto dice un reporte escrito para la ONU por decenas de científicos de todo el mundo con la anuencia de 195 países.

Las consecuencias de ese grado y una décima están a la vista: Grecia está ardiendo, el noroeste de Estados Unidos se sofoca, la Amazonía ha empezado a emitir dióxido de carbono y Madagascar pasa hambre debido a la intensa sequía en el sur del país.

Es muy posible que nunca en 125.000 años haya hecho tanto calor en el planeta como durante la última década, según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Las personas jamás quemaron tanto carbón, gas o petróleo como ahora.

El costo de la contaminación no solo es inminente y nos afecta a nosotros: también estamos poniendo en riesgo la supervivencia de otras especies. Un ejemplo reciente: la luz que emanan nuestras ciudades por las noches ha empezado a mermar la capacidad que tienen muchos animales para orientarse gracias a la luz de las estrellas. (Este fascinante estudio explica cómo sucede).

Los expertos indican que, aunque ya estamos condenados a vivir con las consecuencias de un planeta muy acalorado, todavía podemos estabilizar el calentamiento global en 1,5 grados Celsius. Así que tenemos una breve ventana de oportunidad para minimizar el daño que le hemos hecho a la Tierra y, también, a nuestro estilo de vida futuro. Antes de que nos quedemos sin el resplandor de las estrellas, la brisa fresca que entra por la ventana y el aire que respiramos.